21 junio, 2010

Arthur Schopenhauer y la fotografía como parte de la contemplación estética

Abstract: ¿Habría considerado Schopenhauer la fotografía como arte digno de las características que ofrece la contemplación estética siendo ésta la cura al diagnóstico de sufrimiento que nos ofrece de la vida? Y si es considerada como tal, ¿en qué grado la situaría frente a las otras artes en la escala objetiva cara a la Voluntad?


Palabras clave: Schopenhauer, fotografía, arte, voluntad, sufrimiento, felicidad.

INTRODUCCIÓN

            Schopenhauer es conocido por su visión pesimista del mundo, la carencia de valor de la vida, el papel de la Voluntad en el hombre; y consecuentemente es conocido también por las soluciones que sugiere que debemos aplicar en nuestra vida para evadirnos del dolor y el sufrimiento para así encaminarnos hacia la felicidad. La contemplación estética es una de las vías que ofrece el autor para tal fin. Schopenhauer no consideraba que el arte jugara un papel meramente ornamental en la vida y la mente de los humanos, no lo consideraba como un producto de lujo de las altas clases o clase media, sino que le atribuye un gran interés intelectual digno de un análisis filosófico.

            La fotografía tal y como la conocemos hoy surgió en el siglo XX, aproximadamente cien años después de la muerte de Schopenhauer. No pudo por tanto considerarla de ninguna forma. Actualmente la fotografía incluye entre sus variantes la fotografía artística, y tiene un gran papel en el arte, más tras la aparición de la fotografía digital, que implicó que las cámaras fotográficas llegaran a las manos de todo tipo de gente.

            La idea de este trabajo de investigación es de hacer un recorrido por la vida de Schopenhauer, su pensamiento, sus teorías, y hacer un reconocimiento de la historia de la fotografía y ver las similitudes que puede tener con otros artes que sí existían en la época en la que el autor vivió, para poder considerar, en primer lugar, si él la hubiera considerado un arte, y en segundo lugar qué posición adoptaría frente a los otros artes.

            Es difícil situarse en la mente de un autor de tal calibre y aún más teniendo en cuenta que aquello que hemos tratado es de trasladar a su contexto algo que no existía por aquel entonces, y no se han tenido en cuenta las implicaciones que podría haber sobre las otras artes o sobre la vida en general. No necesariamente la fotografía en sí tiene porqué suponer ningún cambio, aunque tal vez si el avance de la ciencia que ello implica. Es por eso que es más útil situar al autor en el mundo actual que no la fotografía en el mundo de entonces. Así y todo aquí vamos a centrarnos en las artes y no en los cambios que podría implicar en su filosofía los distintos avances tecnológicos y la prolongación de la historia que ahora forma parte de la humanidad y que Schopenhauer no vivió.

SCHOPENHAUER

Arthur Schopenhauer (1788-1860) se sitúa frente al pase de la Ilustración al Romanticismo en el caso del arte y al idealismo en filosofía. El romanticismo reivindicaba lo oscuro, lo raro, extraño, enigmático, lo misterioso, la muerte, lo pasional. La Ilustración por el contrario fue un momento cumbre en la humanidad, donde hubieron un gran número de descubrimientos, existe una enorme confianza en la razón y en que el saber implicaría justicia. Opuesto al romanticismo, en la ilustración se tenía una visión de la realidad como algo claro, con muchas ilusiones y optimismo. El idealismo viene directamente relacionado con la ilustración, siendo a la vez racional e ideal, con aspectos extraños, pero siempre optimista. Posteriormente, surge la aparición del realismo en el arte, con una mirada crítica y desencantada. Ya no hay lugar para el optimismo, se escribe sobre gente pobre, sobre la injusticia, etcétera. Como a Dickens corresponde en el arte de la época, Schopenhauer lo hace en la filosofía. Una mirada de denuncia, que con el tiempo los historiadores lo han llamado la filosofía de la sospecha, debido a que cuestiona todo constantemente, es prudente, cree en un engaño universal. Se inaugura una actitud, que después revertirá en los tres grandes discípulos de Schopenhauer: Nietzsche, Marx y Freud.

Schopenhauer aparece en la época de esplendor de la cultura alemana. En literatura destacaban Goethe, Schiller, Hölderlin, Novelis, Tieck, Eta Hoffmann… En filosofía Schleimarcher, Finchte, Schelling, Hegel… Y finalmente en la música nos encontramos con el gran Bethoven, Schumann, Brahms, Wagner… Debido a la gran cantidad de genios del momento, a Schopenhauer siempre le costó destacar, más aún teniendo en cuenta su visión del mundo, completamente opuesta a la corriente del momento. Además, cabe destacar la autonomía de Schopenhauer, ya que no dependía de ninguna institución ni de nadie económicamente para así no estar limitado y tener la libertad de decir lo que quisiera. Nunca hizo carrera académica. Dio clases de forma puntual, pero jamás se integró en el mundo universitario. Fue un pensador marginal, de vida discreta.

Lo que indujo a Schopenhauer a la filosofía fue el factor del dolor y la injusticia, el cual se agravó en sus viajes por Europa (con su padre como comerciante) y con la posterior muerte de su padre en 1805, de causa incierta. Para Schopenhauer era muy importante el arte, asistiendo regularmente a conciertos y obras de teatro. Asimismo, leía regularmente publicaciones científicas, en especial de biología, que pasa a ser la ciencia fundamental en lugar de la física y las matemáticas.

Schopenhauer es el primer filósofo en afirmar que no debe comenzar por la metafísica ni por la epistemología, sino por la ética. El problema más importante es por qué existe el dolor, por qué existe el mal. La vida consiste en luchar por la propia supervivencia contra la enfermedad, las catástrofes naturales, las injusticias sociales, las guerras… Los filósofos deben responder a estas cuestiones, porque son las que realmente afectan a la vida de las personas.

EL DRAMA DE LA HUMANIDAD

¿Por qué existe el dolor? ¿Por qué existe el mal? Esas fueron las principales inquietudes y bases en la filosofía de Schopenhauer. El mundo es un lugar terrorífico, injusto y cruel, donde todos los seres vivos, humanos y no humanos, están condenados a vidas de sufrimiento.Vivimos en un mundo sin Dios en el que el mal forma parte de todo. El mundo, tal como es dado, es mera representación. Schopenhauer elaboró una teoría donde la Voluntad es el origen de todo dolor y mal. El hombre es un sujeto poseedor de la Voluntad, ésta es irracional. Solo mediante la contemplación de las ideas se permite al hombre desligarse del dolor que la Voluntad produce al consistir en un afán perpetuo. Asimismo, la Voluntad es el fondo último de la realidad que no se halla limitada por el espacio, ni el tiempo, ni la causalidad.

“Todo querer nace de una necesidad, por consiguiente, de una carencia y, por lo tanto, de un sufrimiento. La satisfacción pone fin a este, pero para un deseo satisfecho hay al menos diez que no lo son”1

Schopenhauer no cree que haya un progreso en la historia, aunque se aparente. Los humanos cometen constantemente los mismos errores una y otra vez cíclicamente. Los esclavos de la Voluntad están condenados a una eterna repetición de lo mismo, donde el tiempo es marcado por la naturaleza, no por la historia. El mundo no está gobernado por Dios ni este es la esencia de todo, sino que vivimos en un mundo en el que la realidad es irracional. La razón aparece en el hombre posteriormente, no es la fuerza creadora. Surge como mecanismo de defensa, instrumento de supervivencia, el cual tan solo forma parte del ser humano sin ser la esencia de él, como también forman parte los instintos, los sentimientos y las pasiones.

La vida trata de una cadena de deseos insaciables en una ansiedad permanente, sin descanso. Por tanto, la satisfacción cesa el sufrimiento, pero solo de manera breve y escasa. La necesidad por el contrario es infinita, pese a que a menudo nos parece que ha quedado saciada al fin. Alcanzar la paz no se da nunca en los hechos diarios impulsados por la creencia de vivir en un mundo ordenado, ya que el sufrimiento es la raíz de cada paso que damos. El ser humano avanza, retrocede y gira en función de esos momentos de dolor y placer que, intermitentes, crean una senda que no tiene más fin que la muerte. Oscilamos entre este dolor y placer debido a la necesidad de desear manteniéndonos alejados del sosiego. La Voluntad, irracional y dolorosa, nos impulsa a desear vivir y a desear todo aquello que sea necesario para la vida misma. Somos, cada uno de los que formamos parte de la humanidad, esclavos de la Voluntad.

La Voluntad es una sola, única, absoluta, ilimitada, aliena a la pluralidad, el espacio y el tiempo. Se encuentra en todos los seres, orgánicos y no orgánicos, en su esencia, en lo más íntimo de ellos. En cada ser se encuentra esta Voluntad ciega que lucha por la supervivencia, y eso condena a todos estos seres a dos formas de sufrimiento, a los dos mayores problemas de la humanidad: el deseo incesante y el enfrentamiento entre todos los individuos. Para encontrar la paz no te puedes dejar llevar por la Voluntad, hay que hallar otro camino. A su vez, todos compiten por realizar sus deseos, por unos mismos recursos, viéndose obligados a enfrentarse entre ellos. Una guerra sin fin de todos contra todos.

LA CONTEMPLACIÓN ESTÈTICA

“Pero cuando una circunstancia exterior o nuestro mismo estado de ánimo nos arranca, de improviso, al torrente sin fin de la voluntad y emancipa nuestro conocimiento de la esclavitud del deseo, la atención ya no se dirige a los motivos de la voluntad, sino que concibe las cosas libres de sus relaciones con el querer, por consiguiente, de un modo desinteresado, sin subjetividad, de una manera puramente objetiva, entregándose a ellas plenamente, en cuanto son puras representaciones y no meros motivos; entonces la tranquilidad, buscada antes por el camino del querer y siempre huidiza, aparece por primera vez y nos colma de dicha” 2

            Se trata del estado indispensable para el conocimiento de la idea. Tras la postura que adopta Schopenhauer ante la vida, ofrece los remedios efectivos contra este dolor de la existencia. Afirma que la contemplación estética es sin lugar a dudas la única vía posible hacia la tranquilidad y, por consiguiente, hacia la felicidad. Hacia la concepción de las Ideas. El arte reproduce las Ideas que se obtienen tras la contemplación. Se puede definir el arte entonces como una manera de considerar las cosas que no contiene el principio de razón, propio de la experiencia y la ciencia.

            El arte lo produce sobretodo el genio, la esencia del cual consiste en una excepcional capacidad para dicha contemplación. La genialidad no es nada más que la objetividad máxima, contrario a la Voluntad. Entre sus formas de ensanchar su visión frente a la realidad en la que vive se halla la fantasía, indispensable para el genio y no por ello signo de genialidad. Lo lindo es lo contrario a lo sublime, y es aquello que estimula la Voluntad porque le concede una satisfacción ipso facto. El genio carece de prudencia y de razón; abunda de pasiones y sentimientos, hasta se confunde con la locura. Cabe destacar que el genio no es el único capaz de apreciar las obras de arte ni de producirlas, sino que todos los hombres tienen esta cualidad, aunque tal vez en distintos grados de desarrollo. Hay que optar por un carácter de desinterés y no de utilitariedad.

            Por tanto, la contemplación del arte nos libera de los ávidos deseos. El goce desinteresado de lo bello nos aquieta y proporciona la calma, alejándonos del círculo vicioso del querer, necesitar y sufrir. Las Ideas eternas nos son reveladas a través del arte en varios grados, que pasan sucesivamente por la arquitectura, la escultura, la pintura, la lírica y finalmente la música.

La arquitectura se sitúa en el grado ínfimo de objetividad. Con el arte de la arquitectura las ideas se exteriorizan gracias a la dureza, la solidez, la cohesión y el color de la piedra. A su vez, tiene cierta relación con la luz, la cual nos muestra diferentes bellezas a la luz del día y a la luz de la luna. El arte de la jardinería también es relevante en la contemplación estética, pese a tener desventajas frente a la arquitectura, ya que la jardinería no depende de si misma y lucha contra la misma rebeldía de la  naturaleza.

Las siguientes artes plásticas son la escultura y la pintura. En la escultura tiene prioridad la forma, tal y como dice Schopenhauer, la belleza del equilibrio y la gracia del movimiento. En la pintura manifiesta propiamente las pasiones, los deseos, el carácter, la interioridad. Existen diversos tipos de pintura y escultura que se sitúan en distintos grados hacia la Voluntad. En el rango menor encontraríamos la pintura de paisajes, donde el  pintor nos muestra la Naturaleza con sus ojos, experimentando así nosotros una completa ausencia de la Voluntad. Seguidamente se encuentra la pintura y escultura de animales. Se suelen representar los más bellos, como el caballo, el león, el lobo o las ovejas. La pintura histórica y la escultura tienen el próximo gran papel, donde se alcanza el más alto grado de objetivación.  El motivo por el cuál la histórica se sitúe por encima de la animal es que la animal no posee el carácter individual, solamente el genérico, mientras que en la representación del hombre ambos existen.

“Parece decir a la Naturaleza: “Esto es lo que tú querías decir”, y el inteligente repite: “Sí, esto era”.” 3

En las artes literarias, especialmente la lírica, el poeta emplea símbolos, metáforas, hipérboles y otros recursos literarios a través de los cuales comunica las ideas. Representa la propia intimidad, el hombre que pretende hacer una representación de sí. Es por ello que en las artes literarias predominan las emociones, el pensamiento y los deseos. La condición real de la existencia humana es representada a través de una modalidad de arte lírica: la tragedia. Se trata de la imagen pura del dolor de la humanidad, donde triunfa la muerte y el mal, donde el destino es inexorable y se burla de los esclavos sometidos a la Voluntad.

            Como punto cumbre de la contemplación estética se encuentra la música, que actúa como lenguaje universal de claridad insuperable, con la mayor capacidad comunicativa. Provoca una sensación en quien la escucha muy íntima y personal. Schopenhauer defendía una correlación entre los grados de objetivación de la Voluntad y los sonidos musicales, donde los más bajos son la a la armonía lo que la naturaleza inorgánica es a la forma de vida superior.

LA FOTOGRAFÍA

La fotografía (de foto- [griego φωτο-, de la raíz de φς, φωτός, luz] y -grafía [griego -γραφία, de la raíz de γράφειν, escribir]) es un proceso que consiste en capturar imágenes y almacenarlas en un medio material sensible a la luz, ya sea la película sensible o sensores CCD y CMOS principalmente. En el proceso la luz entra por la óptica durante un tiempo de exposición determinado, creando así una imagen en el soporte sensible.

La fotografía como tal tuvo varios antecedentes, desde la primera cámara oscura en 1521. Hasta principio del siglo XIX no se obtuvieron las primeras imágenes fotográficas, la más antigua conocida como Vista desde la ventana de Le Gras, en 1826, hecha gracias a la cámara oscura y un soporte sensible con sales de plata. Pero en aquel entonces eran necesarias ocho horas de exposición a plena luz del día. En 1839 Louis Daguerre  inventó el daguerrotipo, que reducía bastante los tiempos de exposición. Fue muy popular en la época ya que era muy útil para retratos que se  empezaron a extender entre la clase media burguesa de la Revolución Industrial. En 1851 el método del colodión marcó una diferencia en la historia de la fotografía, creado por el escultor y fotógrafo Sir Frederick Scott Archer, donde ya se acercaba a la imagen instantánea con una exposición 15 veces inferior a la del mejor daguerrotipo. Pese a que el soporte inicial fue el vidrio, acabó aplicándose también sobre el cuero, el papel y otros plásticos y cerámicas. Ya en 1937 se desarrolló la fotografía sobre papel llamado el calotipo, por Talbot y Bayard, donde ya se había reducido el tiempo de exposición a unos 30 segundos. La posibilidad de la imagen instantánea en una época donde el retrato era la finalidad de la fotografía, hace que empiece a aparecer la imagen del fotógrafo callejero. En 1907 se pusieron a disposición del público en general los primeros materiales comerciales de película en color, por Auguste y Louis Lumière. En 1923 aparece en el mercado una máquina fotográfica ligera, versátil y nueva: la Leica. La fotografía ha avanzado tanto en los últimos años que actualmente se puede disparar a velocidades superiores a la millonésima de segundo, y se puede fotografiar tanto el interior del cuerpo humano como lejanos planetas.

La fotografía abarca muchos campos (el científico, periodístico, etcétera), pero considerar la fotografía como arte fue un proceso muy discutido. Tal dilema surgió a partir de los pintores retratistas, muchos de los cuales pasaron a la fotografía retratista por la comodidad que ésta representaba. Más tarde surgió el naturalismo, buscando imitar la naturaleza de manera que pareciera lo más real posible, de manera objetiva. De nuevo la fotografía superó a la pintura ya que el realismo que aporta la fotografía es casi perfecto. Así pues partió de la pintura el lenguaje artístico fotográfico. Pero el campo se amplió gracias a nuevas técnicas, como la captura del movimiento, los extraños encuadres, la combinación de extrañas luces, etcétera.

LA FOTOGRAFÍA Y LA CONTEMPLACIÓN ESTÉTICA

“De todas las cosas creadas, la más hermosa de todas es la luz: es el símbolo de todo lo bueno y de todo lo saludable. […] La ausencia de luz nos pone tristes, su retorno nos devuelve la alegría; los colores excitan en nosotros un vivo gozo, que alcanza su más alto grado cuando se hacen transparentes. Todo ello proviene de que la luz es un correlato y la condición del más perfecto conocimiento intuitivo, único que no afecta inmediatamente a la voluntad.”4

Como hemos visto anteriormente, la fotografía se define como una manera de escribir con luz. La luz ocupa en la fotografía un papel base, ya que sin ella, no existe fotografía posible. Podríamos decir que la fotografía es la ciencia de la luz. Schopenhauer nos da una explicación sobre la luz, en que ésta es la más hermosa de las cosas creadas. Hermosura significa Belleza de las cosas que pueden ser percibidas por el oído o por la vista” (RAE). Si hermosura implica belleza, y por tanto se considera la luz como algo bello, la fotografía al constar básicamente de luz, formará parte de las cosas más bellas.

“La luz es al conocimiento lo que el calor a la voluntad. Es el más preciado diamante de la corona de la belleza y ejerce un influjo decisivo en el conocimiento de todo lo bello.”5

Tal como habla Schopenhauer de la luz podemos aplicarlo también a la fotografía, ya que es gracias a ella (junto con la luz) que no solamente conoceremos todo lo bello, sino que además lo capturaremos en el espacio y el tiempo, como haría el genio pintor con su obra, ofreciendo posteriormente una contemplación de la imagen tomada a todo ser humano dotado de vista. Tanto como bella puede ser sublime una fotografía, reconociendo que nos encontraremos frente a lo bello cuando la contemplación estética se produzca sin resistencia alguna, simplemente porque existe una ausencia de la voluntad; mientras que frente a lo sublime será requerida una lucha a la Voluntad.

Se pueden encontrar puntos comunes entre la fotografía y los artes de  la contemplación estética, sea la escultura, la arquitectura, la jardinería, la pintura, la música o la lírica. Pero para situarla en alguno de los grados correspondientes frente a la Voluntad, cabe ver cuales de estos puntos comunes son de mayor relevancia. Por ejemplo, la dureza y solidez de la arquitectura no son propias del mismo soporte de la fotografía, aunque sí pueden ser características de aquello que se ha fotografiado (un edificio mismo). La relación que tiene la arquitectura con la luz queda bien reflejada en una fotografía, sea la luz diurna o nocturna. Así mismo, el arte de la jardinería puede verse reflejado en una fotografía, ya que ésta puede captar la naturaleza en un estado muy próximo a la realidad.

Aquello que hace tan peculiar a la escultura, sea la belleza del equilibrio y la gracia del movimiento, puede ser caracterizado también por una fotografía. Sobretodo cabe destacar la gracia del movimiento, que no puede ser captada de manera tan perfecta por una pintura, mientras que los tiempos de exposición pueden ofrecernos una amplia gama de visiones de cada movimiento, que incluso pueden llegar a ser más reales que los de la propia escultura. La mirada y el color propios de la pintura abundan de belleza, y pueden verse también en la fotografía, pese a no ser esenciales al carácter. Un gran punto de la fotografía es que reúne el aspecto más importante de la escultura y el de la pintura, y es que dota a sus imágenes de carácter y belleza del color. Al igual que con la pintura, la fotografía fija escenas aisladas, crea obras que inmovilizan su curso del tiempo, elevando lo individual a la categoría universal.

            Así como existen diversos tipos de pintura, también existen diversos tipos de fotografía. Eso implicaría que hay campos de la fotografía más valiosos que otros para la contemplación estética. Un claro ejemplo de ello sería la fotografía de desnudo: cuando una obra despierta en nosotros ideas lascivias, despertando el apetito, el vicio hacia lo carnal, anula por completo la contemplación estética y se desvirtúa el fin artístico. En la pintura y la escultura antiguas este efecto no se produce ya que la completa desnudez de sus figuras fue concebida por el artista de manera objetiva, relevando la belleza sin espíritu subjetivo. Es por ello que, según Schopenhauer, se debe evitar en el arte todo aquello que sea seductor, descartando la posibilidad de que la fotografía de desnudos se considere artística (a no ser que sea puramente objetiva como en los antiguos). Otro género descartable es todo aquel que tenga relación con lo repugnante, que así como con la seducción, perturba la contemplación estética. No por ello lo feo (siempre y cuando no repugne) debe descartarse del arte. La caracterización puede ser más o menos fea, pero esencial en uno de los altos grados de arte (escultura), y de hecho un exceso de caracterización puede llegar a suponerse feo, limitando la belleza.

            La tragedia puede ser representada en cierta forma en una fotografía, dotándola de más realidad que lo que podría hacer la pintura. Cabe decir que la fotografía no alcanza el grado de comunicación que existe en la lírica, y aún menos en la música. Sigue quedando ésta última como la cumbre de la contemplación estética gracias a su capacidad comunicativa universal.

CONCLUSIONES

¿Habría considerado Schopenhauer la fotografía como arte digno de las características que ofrece la contemplación estética siendo ésta la cura al diagnóstico de sufrimiento que nos ofrece de la vida si ésta hubiera existido a principios del siglo XIX? Teniendo en cuenta la gran cantidad de puntos comunes con las diferentes artes, es muy probable que la hubiera tomado también Schopenhauer en consideración. La importancia de la luz en la fotografía es mayor que en cualquier otro arte, y la importancia de la implicación de la luz para la belleza en Schopenhauer es un punto de gran relevancia. No por ello único, ya que otras artes como puede ser la jardinería, la lírica o la música no necesariamente necesitan la luz para darse.

¿En qué grado situaría la fotografía frente a las otras artes en la escala objetiva cara a la Voluntad? Según lo visto, podemos considerar que la fotografía está en más alto grado que la arquitectura y la jardinería. Con aquello que más similitudes guarda es la escultura y sobretodo la pintura, pero precisamente por constar de las características más importantes de ambas se sitúa por encima de ellas. El límite se lo encuentra sobretodo frente a la música, colocándose por debajo de ella.

La fotografía tiene una relación directa con la realidad que no aparece en ninguno de los artes descritos por Schopenhauer, así como el cine. Existe una relación real con el objeto. Cuando nos referimos a la fotografía en relación a las teorías de Schopenhauer hay que valorar que ésta mantiene una dimensión de reproducción de la realidad y de reproducción en sí, pudiéndose hacer varias copias de una sola toma, como también puede actualmente grabarse la música y volver a reproducirla más adelante. ¿Consideraría Schopenhauer las reproducciones musicales grabadas igual de artísticas y válidas en cuanto a su teoría de la contemplación estética como con la misma obra en directo?

Es muy probable que esta relación tan directa con lo real planteara más preguntas al filósofo. Lo bonito y al mismo tiempo dramático de la fotografía es que en ella existe una intención de representar alguna cosa junto con algo que realmente estuvo allí, dando paso a las pequeñas distorsiones las cuales pueden ser debidas al encuadre o el color, pero siempre a pesar de todo el objeto, la escena, aquello representado en una fotografía, necesariamente tiene que haber sido real durante un instante. Siendo la fotografía una huella de algo que ha existido y que no necesariamente tiene porqué seguir existiendo, tal vez representa una idea de “la muerte” de las cosas y de los momentos que nunca serán igual al estadio anterior.

 Solveig Möller Gandol
Junio 2010

NOTAS
1-      A.SCHOPENHAUER, El mundo como voluntad y representación I. Losada, 2008. Página 297
2-      Ibídem, Página 298.
3-      Ibídem, Página 330
4-      Ibídem, Páginas 301-302
5-      Ibídem, Página 306

BIBLIOGRAFÍA
-          SCHOPENHAUER, ARTHUR. El mundo como voluntad y representación I. Losada, 2008.
-          FERRATER MORA, JOSÉ. Diccionario de filosofía. Ariel, 2009.
-          FÁTIMA MARTÍN SANCHEZ, M.ª ANGELITA. Arte y liberación en Schopenhauer. 1989.

 

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