08 abril, 2010

A favor del exterminio del hombre


Querida Eva,

Día tras día tengo más claro que mi vida ya no tiene ningún sentido. Es por ello que he decidido acabar con ella, como todo hombre debería hacer. Somos los hombres innecesarios para vosotras, las mujeres, así como para el mundo, y no merece lo innecesario existir porque si, sin motivo de su existencia.

Te será fácil entenderme tomando nuestra relación y su evolución como ejemplo. Jamás sabré darte el cariño que siempre has necesitado. Jamás podré ponerme en la piel de una mujer, en tu piel. No sabré entenderte como mujer porque no soy una mujer, ni lo seré. Solo una mujer podrá darte lo que necesitas. Obviamente, hay de todo en todos lados, y no cualquier mujer será capaz de entenderte. Pero si algún día alguien tiene que hacerlo será una mujer y no un hombre.

Os ponemos fronteras a vosotras, las mujeres. Es por nuestra culpa que se os ve débiles, estamos nosotros “por delante” con mayor fuerza física. Si no existiéramos, no tendríais un enemigo de vuestra propia especie superior a vosotras en fuerza, a quien no pudierais abatir. El desnivel que puede existir entre la máxima fuerza de un hombre y de una mujer es significativo. Suprimiéndonos seríais vosotras dueñas de vuestra propia supervivencia, cada día nos demostráis más firmemente que una mujer es capaz de apagar un fuego o construir un hogar. Y los males que os superen, como una catástrofe natural o el ataque de un león tampoco podríamos nosotros evitarlos de todas formas. Ten en cuenta además que el hombre está dotado de una violencia que la mujer no tiene, debido a la testosterona. Estamos deformados biológicamente para ser más brutos que vosotras.

También me percaté a raíz de nosotros como ejemplo de que os traemos dolores de cabeza innecesarios. Somos una debilidad intelectual frente a la mayoría de vosotras cuando se trata de temas como el sexo. Los hombres tenemos una gran discapacidad que vosotras las mujeres habéis conseguido sanar, que consiste en no saber combinar el amor y el acto sexual. Los hombres no hacemos el amor. No podemos transformar nuestra querida mujer que besará a nuestros hijos en nuestra esclava salvaje sexual. Vosotras sí. Y siempre me reprochas lo mucho que te duele que no puedas serlo todo para mí, que tenga amantes al margen de nuestra relación, pero te aseguro que no soy capaz de lidiar con ello por mucho que tú tengas una gran facilidad en pasar de un papel a otro.

No tenemos capacidades que vosotras podéis tener, como hacer varias cosas al mismo tiempo, tener tanto tacto, ese instinto de mujer invencible... Sois la pureza y la belleza. A lo largo de la historia, siempre se os ha tratado como lo que sois, lo más bello. Estáis un escalón por encima al nuestro, aunque intentéis disminuirlo para que vuestra pena no sea tan grande, creyendo vosotras mismas que os enamoráis de seres tan ruines como los hombres, estaréis siempre por encima. Piensa sino en todas las grandes aberraciones contra la humanidad, dictaduras, guerras, etcétera, han estado siempre lideradas por hombres y nunca por mujeres.

Las mujeres y los hombres son completamente distintos. Además de las diferencias físicas y psicológicas que podemos encontrar, hay algo que hace a las mujeres esenciales de lo cuál los hombres carecen: el embarazo. Llevar otro ser dentro de uno mismo. Ser responsable de la vida de alguien. Compartir tu cuerpo en el sentido más literal posible. Todavía no se ha dado el caso y probablemente no se dará jamás de la gestación artificial. Es necesario, si o si, el cuerpo de una mujer para la existencia de la Humanidad.

Probablemente estarás pensando en lo que sería el mayor “problema” tras la exterminación del sexo masculino: la procreación. Pero no te engañes, eso ya no supone un inconveniente ya que día tras día las nuevas tecnologías avanzan, la manipulación genética y la inseminación artificial. Existen millones de espermatozoides en cada hombre y solo uno es necesario para engendrar una criatura. Congelar todos los espermatozoides de todos los hombres de este planeta daría para seguir procreando durante miles de años. Para cuando se acabe, si es que se acaba, ya se habrá encontrado la manera de crear un espermatozoide “de la nada”. Desde luego, si alguien descubre cómo hacerlo, será una mujer.

Sobretodo cariño, no estés triste. Toda pena que ahora sientas en escasos días habrá pasado. Será gracias a tus amigas, mujeres, que te ayudarán a superarlo. Y con el tiempo verás hasta cómo te divertirás más sexualmente con ellas. Sois fascinantes. Conocéis más vuestros propios cuerpos, y cada vez más el mercado de los aparatos y herramientas para procuraros placer entre vosotras es más extenso, con más opciones, modalidades, al gusto de cada una de vosotras. Ahora no te sientes atraída por las mujeres seguramente por mi culpa. Cuando las pruebes no querrás separarte de ellas.

Por todo ello, por lo mucho que te quiero y por lo mucho que te respeto, acabaré con mi vida cuando finalice estas líneas. Encárgate de transmitir a todas las mujeres este hecho, no os dejéis engañar por los inútiles de los hombres y alzaros contra ellos. No tengáis miedo. Veréis que ellos sin vosotras no son nada. Se hundirán. Recuerda que no vale la pena mantener con vida aquello que no tiene ninguna utilidad. Hay que ser pragmático. Por eso no es suficiente solo con ignorarnos: hay que exterminar al hombre.

Con amor,
Adam

 Texto para Teoría y práctica de la argumentación
Solveig Möller, abril 2010

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con usted. Hay que exterminar al hombre...
    ¿a los gays tambien?
    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

    ResponderEliminar

Quizás le interese...

Related Posts with Thumbnails